Trekking familiar por Alpe di Siusi – Schlern

El sendero comienza donde los prados se encuentran con el cielo. Al dejar atrás el pueblo de Compatsch, pronto te encontrarás caminando bajo la atenta mirada del Schlern, una de las siluetas más icónicas de los Dolomitas. El aroma de las flores silvestres, el zumbido de los cencerros y las vistas impresionantes sobre el Alpe di Siusi marcan el tono. Y entonces sucede: al crestear la ladera rocosa, la alta meseta se abre: vasta, ventosa y completamente silenciosa. Ese es tu momento "wow".

Desde Compatsch, el sendero sube gradualmente a través de exuberantes pastizales alpinos antes de que comiences a ascender de verdad. Pasarás por la Saltner Hütte, un lugar genial para tomar algo rápido antes de seguir. Con 740 metros de ascenso, esta etapa es una introducción adecuada a la caminata, pero nunca excesiva. El sendero se eleva hasta el Tierser Alpl y finalmente alcanza el paisaje lunar que rodea el Rifugio Bolzano. Ahora estás en la Meseta del Sciliar, de pie sobre las nubes. Es hora de quitarse las botas, pedir una cerveza y disfrutar de las vistas.

Desde la amplia meseta del Sciliar, esta etapa te lanza directamente al drama escarpado de los Dolomitas. Al dejar atrás el Rifugio Bolzano, el sendero comienza suave, pero no te acomodes demasiado. Pronto estarás contorneando las laderas rocosas con vistas impresionantes sobre la cordillera del Catinaccio. Y luego viene el desafío: el paso Rosszahn. Estrecho, salvaje e inolvidable. ¿Y al otro lado? Un descenso directo al territorio de cuento de hadas.

Sigue el sendero a través de terreno abierto y pasa por puntos panorámicos que te hacen detenerte a mitad de paso. Bordearás el Roterdspitze y cruzarás uno de los collados más dramáticos de la caminata—la Forcella Denti di Terrarossa. Aquí, las torres de roca se elevan como dientes y el sendero se pone un poco emocionante. Pero nada técnico, solo mantén el equilibrio. Desde el collado, es un descenso constante hacia Tierser Alpl, acurrucado cómodamente en una cuenca entre gigantes. Las vistas son épicas, el strudel caliente. Día 2 completado a la perfección.

Hoy puede parecer un día de descanso, pero no te dejes engañar. Dejas atrás el Rifugio Tierser Alpl, descendiendo a través de un valle tranquilo mientras los dentados Denti di Terrarossa se desvanecen en el fondo. Lo que sigue es una suave montaña rusa de praderas alpinas, pastizales llenos de flores y vistas impresionantes del Sassolungo y el Sasso Piatto. Estos son los Dolomitas que imaginabas.

Después de un corto ascenso hacia el Goldknopf, eres recompensado con panorámicas impresionantes en todas direcciones. Luego es un descenso lento y pintoresco a través del Seiser Alm, la pradera alpina más grande de Europa. El sendero se ensancha, el aroma a heno llena el aire, y las vacas te echan una mirada perezosa mientras pasas. Finalmente, llegas de nuevo a Compatsch, donde todo comenzó. Tiempo para un último cappuccino, una mirada a los picos, y tal vez una promesa silenciosa de volver.