No está de más repetir que el Kilimanjaro es una montaña de trekking, no de escalada. Trekking equivale a senderismo, así que el entrenamiento más efectivo para subir al Kilimanjaro es hacer senderismo. Ignora los consejos engañosos sobre entrenamiento cruzado con ciclismo, natación, levantamiento de pesas o dietas extremas. No hace falta. Recuerda, pole pole. Esfuérzate por convertirte en la mejor versión de ti mismo, comenzando este proceso unos 2 meses antes de tu aventura. Puedes seguir un plan de entrenamiento estructurado o simplemente tener en cuenta las siguientes pautas.
Recomendamos un mínimo de 3 sesiones de senderismo o caminatas por semana, cada una con una duración de al menos 1 hora. Factores como la distancia, la duración y la ganancia de elevación, dependen de los senderos que tengas disponibles cerca de ti. Idealmente, elige senderos que tengan varios kilómetros de longitud, idealmente incluyendo una sección exigente y cuesta arriba de aproximadamente 1 hora. Encuentra un lugar donde puedas repetir regularmente estas sesiones mientras haces un seguimiento de tu progreso.
Incorpora caminatas más largas para un mejor entrenamiento, con una duración de 4 a 6 horas con cambios moderados de elevación de alrededor de 305 metros y llevando una mochila de 9 kg máximo. Si estás listo para un desafío, atrévete con senderos más difíciles para una preparación aún más efectiva. Si los senderos al aire libre no son accesibles, el entrenamiento en escaleras es una excelente alternativa para simular la experiencia de escalada en el Kilimanjaro. También puedes utilizar una máquina de escaleras para sesiones más productivas.
Para replicar el desafío de la escalada en montaña, ponte la mochila y mantén un ritmo lento pero constante durante 1-2 horas subiendo escaleras o usando la StairMaster en el gym. Recuerda, bajar el Kilimanjaro es más difícil que subir, así que no te olvides de entrenar cuesta abajo también.
¿Te sientes seguro con tus habilidades de senderismo? Considera diversificar tu rutina de entrenamiento intercalando las caminatas con carreras, estiramientos, yoga o incluso levantamiento de pesas. Cualquier cosa que mejore tu forma física general será beneficiosa, pero siempre prioriza hacer senderismo.
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