Evita el mal de altura mientras visitas Nepal

Jan Bakker
Jan Bakker
06 Feb 2024 8 min de lectura
Evita el mal de altura mientras visitas Nepal
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Mal de altura, mal de montaña o MAM. No quieres que te pase durante tu travesía en Nepal. Has soñado durante años con tu próxima aventura al campamento base del Everest, al Annapurna, a la región Dolpo o al circuito Manaslu. No importa a dónde vayas en los Himalayas en Nepal, siempre vas a estar a grandes alturas. Esa altura, aunque excitante, puede ser muy peligrosa. Aquí te contamos qué es el mal de altura y, más importante aún, como prevenirlo.*

Estas subiendo al campamento base del Everest y te la estás pasando de maravilla. Todo ha salido bien, estás disfrutando de los innumerables paisajes y ya quieres llegar a Kala Pattar. Si es que llegas. De repente te dan náuseas y sientes que vas a vomitar. Has escuchado hablar de ello, pero no creías que te podía pasar a ti. El mal de altura. Es real.

¿Qué es el mal de altura?

El nombre lo explica más que bien. También conocido como «mal agudo de montaña» (MAM) o simplemente «mal de montaña», son los efectos en el cuerpo causados por bajos niveles de oxígeno a gran altura. El mal de altura no se da solo en el Himalaya, también te puede dar en el monte Kenia, en el Kilimanjaro o recorriendo el Camino Inca. A baja altura, hasta unos 1500 m (5000 ft) puede que sientas dificultades para respirar (disnea). Sin embargo, el MAM normalmente aparece a los 2400 m (8000 ft) o más. Si no se trata, el MAM puede avanzar y causar condiciones más severas como edema pulmonar de altitud (EPA) o hasta edema cerebral de altitud (ECA). Por más que el EPA y el ECA pueden ser letales, estos solo les dan a menos del 1% de los senderistas sin aclimatación previa. Por más que nuestros itinerarios están diseñados para permitir una aclimatación adecuada, es probable que sientas algo de náuseas y que te falte el oxígeno durante el recorrido. El mal de altura le puede dar a cualquiera, sin importar la edad o la condición física.

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Síntomas del mal de altura y diagnóstico

Los síntomas del MAM se empiezan a notar unas horas luego de alcanzar una gran altura e incluyen náuseas, dificultad para respirar, dolor de cabeza e incapacidad para realizar ejercicio. La sensación de fatiga te quitará toda la alegría que venías sintiendo. Puede que te cueste dormir, que sientas mareos y tengas dolor de cabeza intenso. Puede que pierdas coordinación, que te cueste caminar y que sientas presión en el pecho. Si la situación evoluciona a un EPA o un ECA puede que te sientas confundido, que te falte el aliento estando quieto y es probable que no puedas ni siquiera caminar. A mayor altura, los síntomas se pueden volver más severos. Si has visto la película Everest, sabes de lo que estamos hablando. Sin embargo, en la película escalaban mientras que nosotros solo caminaremos. Existen varios sistemas de puntos para determinar si alguien sufre del mal de altura. Los guías conocen estos sistemas y tiene el entrenamiento necesario para tratar los síntomas de manera inmediata. Por más que muchas personas tengan algunos de los síntomas del mal de altura, no tienen por qué empeorar. Cuando conoces los síntomas, hay mucho que puedes hacer para mantenerte sano a grandes alturas.

Síntomas del mal de altura y diagnóstico

¿Qué son el HAPE o HACE y cuándo debes actuar para evitarlos?

El mal de altura severo puede desarrollarse en las siguientes condiciones, que son potencialmente mortales. Estas son:

Edema Pulmonar de Gran Altitud (HAPE)

El HAPE es una condición en la que se acumula líquido en los pulmones, dificultando la respiración. Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, tos persistente, opresión en el pecho, saliva rosada y un aumento de la frecuencia cardíaca. Puede ser una condición potencialmente mortal y requiere un descenso inmediato a altitudes más bajas y, en casos graves, tratamiento médico.

Edema Cerebral de Gran Altitud (HACE)

El HACE es una condición más grave en la que se acumula líquido en el cerebro. Los síntomas pueden incluir dolores de cabeza severos, confusión, pérdida de coordinación y alteración del estado mental. El HACE también es una emergencia médica y requiere un descenso inmediato y atención médica.

Es importante que os cuidéis mutuamente, especialmente a mayores altitudes. Las personas que están desarrollando HACE o HAPE a menudo niegan que algo les esté pasando, impulsados por la ambición de terminar una ruta de trekking o alcanzar una cumbre. Es bueno charlar con tu compañero de trekking para ver si está bien. ¿Qué síntomas experimenta la persona? Nuestros equipos en rutas de trekking a gran altitud están entrenados para reconocer el AMS y siempre llevan un monitor de saturación de oxígeno, que indica la salud de alguien en altitud. En el próximo capítulo, hablaremos sobre cómo prevenir el AMS y qué hacer cuando se te diagnostica con AMS severo / desarrollando HACE y HAPE.

¿Qué son el HAPE o HACE y cuándo debes actuar para evitarlos?

Evita el mal de altura mientras asciendes

Hay varias reglas básicas que uno debe tomar seriamente a la hora de subir los Himalayas. Tu cuerpo se está esforzando para acostumbrarse al nuevo ambiente y te dará señales cuando necesite tomarse las cosas con más calma.

Prepárate bien

Consulta a tu médico unos 6 meses antes del viaje. Hazte un chequeo general y avísale que es lo que planeas hacer. Lleva medicamentos recomendados por el médico. Si vas a viajar con niños, asegúrate de que su preparación también sea adecuada. ¿Tienes algún problema de salud preexistente? Asegúrate de consultar a tu médico sobre esto también.

Entrena

Si quieres disfrutar del recorrido, asegúrate de estar preparado físicamente. Camina mucho e intenta ir por lugares con algo de altura. Haz ejercicio unas 3 a 6 horas por semana con una mochila de unos 10 kilos para simular un día normal en los Himalayas.

Escucha a tu cuerpo

Tu cuerpo te avisa cuando necesita descansar. Escúchalo con atención. Presta atención a los síntomas del mal de altura y habla si no te sientes bien. Avísale a tus amigos, a tu guía, a los porteadores cómo te sientes y haz una pausa cuando tu cuerpo lo necesite. No dejes que empeore.

Camina a gran altura, duerme a baja altura

Una regla implícita tanto para senderistas como para montañeros es caminar a gran altura y dormir a baja altura. Esta es la razón por la cual los montañeros que van al Everest tardan tanto en llegar a la cima. Normalmente se asciende y desciende varias veces antes del último esfuerzo de llegar a la cima. Los senderistas en el Everest caminan a gran altura pero duermen a baja. Es por eso que a veces ves un descenso en nuestros itinerarios. Esto nos asegura una buena aclimatación luego de alcanzar mayores alturas.

Más comida

Come. Como tanto como puedas. Por más que lo que veas en tu plato no te guste, jamás te saltees una comida en una casa de té. Tu cuerpo está trabajando muy duro y necesita muchos carbohidratos para poder seguir avanzando y enfrentar mayores alturas. Olvida la dieta y cómprate ese chocolate. El senderismo no es nada sencillo y te hace quemar al menos unas 4000 calorías al día. Aliméntate, tu cuerpo te lo agradecerá.

Hidratarse es la clave

Antes y después de la comida debes beber agua. Y luego de tomar agua, toma más agua. Es en serio. Vas a tener que aumentar la cantidad de agua que tomas. Esto es más sencillo cuando hace calor y transpiras, pero vas a tener que ser constante. Toma entre 3 y 5 litros de agua por día y toma una taza de té. Estás en la montaña, no de fiesta. Deja el alcohol para cuando termine el recorrido. El alcohol estimula el MAM, y no solo porque te deshidratas mientras consumes alcohol.

Escoge el itinerario apropiado

Has soñado con subir el Annapurna o la región del Everest por años y ahora decides dejarlo todo y correr hacia ese campamento base. ¿Por qué? Tómalo con calma. Reserva 15 en vez de 12 días y date un gusto en el Namche Bazaar. Hay tanto para hacer y pasar más tiempo en una misma altura ayuda mucho a la aclimatación.

Lleva un registro de cuánto orinas

El tomar más agua y el estar a grandes alturas inevitablemente hará que debas ir al baño con mayor frecuencia. Esto es importante. Solo asegúrate de estar orinando más veces de lo normal. Si no es el caso, ya sabes que hacer: hidrátate.

Seguro de viaje

No va a evitar que te dé el mal de altura, pero es importante en el caso que necesites asistencia médica. Asegúrate de que tu seguro médico te cubra no solo si viajas, sino que también te cubra si estás a grandes alturas. La mayoría de las aseguradoras requieren que cambies de categoría si planeas hacer un viaje a un destino a gran altura.

Te sientes mal ¿Y ahora qué?

Comienzas a sentirte mal y temes estar sufriendo del mal de altura. ¿Qué haces? Comunícate. Avísale a la gente de tu grupo, a tu guía o a tu compañero que no te sientes bien. Guías y porteadores están entrenados para detectar los síntomas y brindarte ayuda inmediatamente. Si tú o tu guía temen que puedas estar sufriendo un EPA o ECA, desciende. La única manera de aumentar tus niveles de oxígeno es descender a una altura menor. Allí descansa hasta que te sientas mejor. Acostúmbrate a la altura e inténtalo otra vez. *La información detallada es simplemente una recopilación de recomendaciones y trucos de varias fuentes. Bajo ninguna circunstancia reemplaza la opinión de un médico profesional.

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