La ruta al Campo Base del Everest es uno de los trekkings más altos del mundo, llevándote a altitudes por encima de los 5000 metros. El cuerpo humano necesita adaptarse a estas altitudes y la única forma de hacerlo es ascender gradualmente. Profundicemos un poco más en lo que es el mal de altura y cómo se puede evitar:
El Mal Agudo de Montaña (MAM) ocurre cuando alguien está expuesto a bajos niveles de oxígeno en altitudes muy elevadas. El MAM es una afección grave y, como su nombre indica, es aguda. Debe ser tratado de inmediato, ya que es potencialmente mortal. La mayoría de las personas experimentarán algunos síntomas leves de mal de altura. Es importante ser consciente de estos y actuar antes de que se vuelvan más graves. A continuación, desglosamos los aspectos más importandes del MAM y cómo se puede reducir el riesgo de padecerlo.
Síntomas del MAM
Es fundamental saber cómo identificar el mal de altura. Puede experimentar los siguientes síntomas debido a la altitud: dolor de cabeza, falta de apetito, dificultad para respirar, insomnio, náuseas y vómitos. La intensidad y gravedad de estos síntomas pueden aumentar con la altitud y una sensación general de fatiga te quitará toda la alegría. Esto puede empeorar aún más, llegando a presentar condiciones potencialmente mortales.
Edema Pulmonar de Gran Altitud (EPGA): El EPGA es una afección en la que se acumula líquido en los pulmones, lo que dificulta la respiración. Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, tos persistente, opresión en el pecho y un aumento de la frecuencia cardíaca. Puede ser una afección potencialmente mortal y requiere un descenso inmediato a altitudes más bajas y, en casos graves, tratamiento médico.
Edema Cerebral de Gran Altitud (ECGA): El ECGA es una afección más grave en la que se acumula líquido en el cerebro. Los síntomas pueden incluir dolores de cabeza intensos, confusión, pérdida de coordinación y alteración del estado mental. El ECGA también es una emergencia médica y requiere un descenso inmediato y atención médica.
10 formas de minimizar el riesgo de MAM
1. Ascenso gradual: Una de las formas más efectivas de prevenir el MAM es ascender gradualmente. Cuando te encuentras en altitudes elevadas, trata de tomar varios días para aclimatarte antes de subir más. Esto permite que tu cuerpo se adapte a los bajos niveles de oxígeno. Todos nuestros trekkings en Nepal tienen en cuenta un periodo de aclimatación suficiente.
2. Mantente hidratado: La deshidratación puede aumentar el riesgo de MAM, así que bebe muchos líquidos. Evita el consumo excesivo de alcohol y cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación.
3. Dieta: Consume una dieta equilibrada con suficientes carbohidratos y evita comidas pesadas y grasas. Los carbohidratos pueden ayudar a tu cuerpo a utilizar el oxígeno de manera más eficiente a altitudes elevadas.
4. Medicación: Algunas personas pueden optar por tomar medicamentos como la acetazolamida (Diamox), para ayudar a prevenir el MAM. Consulta con un profesional de la salud antes de usar cualquier medicamento y ten en cuenta los posibles efectos secundarios.
5. Descanso: Asegúrate de dormir lo suficiente y descansar durante tu ascenso. La fatiga puede aumentar el riesgo de MAM.
6. Evita hacer esfuerzos en exceso: Dosifícate y evita el exceso de esfuerzo. Escucha a tu cuerpo y, si experimentas síntomas de MAM, descansa o desciende a una altitud más baja.
7. Desciende si los síntomas persisten: Si experimentas síntomas de MAM, como dolor de cabeza, náuseas, mareos o dificultad para respirar, es crucial descender a una altitud más baja. Los síntomas no deben ser ignorados o pasados por alto.
8. Aprende los signos: Infórmate tanto a ti mismo como a tus compañeros sobre los signos y síntomas del MAM y sé observador para monitorear la condición de los demás.
9. Planifica días de aclimatación: Cuando haces senderismo o montañismo a altitudes elevadas, planifica días de descanso para permitir que tu cuerpo se aclimate. Esto puede implicar ascender a altitudes más elevadas durante el día y descender para dormir a altitudes más bajas.
10. Sé consciente de la altitud: Presta atención a la altitud en la que te encuentras y a tu velocidad de ascenso. Los ascensos rápidos aumentan significativamente el riesgo de MAM.
Es esencial entender que el MAM puede afectar a cualquiera, independientemente de la edad, condición física o experiencia previa a altitudes elevadas. Hoy en día hay varias herramientas para controlar tu salud a gran altitud. Un método ampliamente utilizado (análogo) es la tarjeta de puntuación de Lake Louise. Marca los síntomas de altitud teniendo en cuenta la gravedad. Es una herramienta comúnmente utilizada por los guías. Hoy en día, la mayoría de los guías de senderismo y montaña llevan un medidor de saturación de oxígeno en sangre, que también mide la frecuencia cardíaca. Estos son indicadores clave para comprobar si una persona se adapta bien a la altitud o no.
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